Ser un OG de la Drop Reality es como haber comprado el internet antes de que explotara.
Imagina que compraste coke.com, sneakers.com o taylorswift.com antes de que las marcas supieran que necesitaban una presencia online.
O que acuñaste un Bored Ape o CryptoPunk cuando eran solo otra colección de NFTs, antes de que se convirtieran en oro digital.
Los primeros en moverse no solo llegaron antes—reclamaron territorio digital antes de que el mundo se diera cuenta. ¿Y cuando el boom llegó? Ellos fueron los que se quedaron con el poder.
Eso es exactamente dónde está The Drop Reality hoy. Ahora mismo, cada sneaker, libro, vinilo y coleccionable está sin reclamar. Cada producto es un lienzo en blanco esperando convertirse en un DROb. Pero una vez que alguien lo reclama, se acabó. Para siempre. No hay segundas oportunidades.